REUMATOLOGÍA
__________________________________________
Presidente:
Dr. D. Vicente Rodríguez
Valverde
Secretario:
Dr. D. Luis Carreño Pérez
Vocales:
Dr. D. Mariano González
Lanza
Dr. D. Eliseo Pascual Gómez
Dra. D.ª María Magdalena
Pérez Busquier
Dr. D. Tomás González García
Dr. D. Miguel Ángel Muniaín
Escurra
Dr. D. Manuel Abellán Pérez
Dr. D. Arturo Rodríguez de
la Serna
Dra. D.ª Esperanza Merino de
Lucas
Dra. D.ª Fredeswinda Romero
Bueno
__________________________________________
1.
DENOMINACIÓN OFICIAL (REAL DECRETO 127/84) DE LA ESPECIALIDAD Y
REQUISITOS
Reumatología.
Duración: 4 años.
Licenciatura previa: Medicina.
2.
INTRODUCCIÓN
Si bien la Reumatología como especialidad médica es
relativamente reciente, las enfermedades reumáticas han sido reconocidas desde
la Medicina clásica, encontrándose el término «reúma» en los escritos
hipocráticos. La asociación del «reumatismo» con las enfermedades articulares,
fue establecida en el siglo XVII por Baillou en «El libro del reumatismo y del
dolor de espalda». A Sydenham debemos el primer intento de aislar especies
morbosas dentro de las dolencias agrupadas bajo el término de «reumatismo». La
clínica y anatomía patológica de las enfermedades reumáticas llegó a estar bien
definida en la primera mitad del siglo XX, y en 1940 Comroe utilizó por primera
vez el término de «reumatólogo» para designar al especialista dedicado al
estudio de esta disciplina de la Medicina Interna. Hasta 1950 se conocía muy
poco sobre la fisiopatología y tratamiento de las enfermedades reumáticas,
estando basados nuestros conocimientos actuales en el avance exponencial de la
Medicina en los últimos decenios. En este aspecto, la influencia ha sido
recíproca, pues aunque la Reumatología se ha beneficiado de los avances en
áreas básicas como la Bioquímica o la Inmunología, también los reumatólogos han
realizado importantes aportaciones a estas disciplinas.
Uno de los factores determinantes en el conocimiento
de la Reumatología, ha sido el gran problema económico y social que representan
las enfermedades reumáticas. Estudios en varios países han demostrado que
constituyen una de las primeras causas de invalidez. Además, el hecho de
afectar a una población relativamente joven, aumenta su impacto humano y coste social,
lógicamente mayor en procesos que comienzan en la juventud y en aquellos que
acortan menos la vida. Por ello, las enfermedades reumáticas no sólo son una
causa muy importante de invalidez, sino que al afectar a una población joven
produce además más “años-paciente” de incapacidad. Un factor quizás
determinante en la atención prestada a las distintas enfermedades ha sido su
impacto sobre la mortalidad. Ello ha podido
influir en el relativo desinterés general hasta épocas recientes, por la
Reumatología. No obstante, en mortalidad secundaria a algunos procesos
reumáticos es apreciable y así, por ejemplo, en 1972 la mortalidad en EE.UU.
por artritis reumatoide superó a la producida por hipertensión arterial
maligna, cáncer de tiroides o apendicitis. La producida por el lupus
eritematoso sistémico superó a la colitis ulcerosa, fibrosis quística o
endocarditis y la mortalidad por esclerosis sistemática fue superior a la
producida por encefalitis vírica. Se ha demostrado que la mortalidad en una
enfermedad tan frecuente como la artritis reumatoide, se mueve en márgenes
similares a los de la enfermedad de Hodking o la diabetes mellitus.
De todo lo expuesto, podemos deducir la necesidad
que tiene la sociedad de disponer de suficientes reumatólogos correctamente
capacitados, que colaboren con otros profesionales de la salud en la solución
de estos problemas. Es justo reconocer que en los dos últimos decenios la
asistencia reumatológica ha experimentado un gran avance en España, siendo
actualmente nuestra proporción de reumatólogos similar y en algunos casos
superior a la del resto de los países de la UE. Sin embargo, la situación
actual es claramente mejorable puesto que existe un gran déficit de
reumatólogos en la asistencia ambulatoria, al tiempo que la dotación humana y
material de la mayoría de las unidades hospitalarias es claramente
insuficiente.
3.
DEFINICIÓN DE LA ESPECIALIDAD Y CAMPO DE ACTUACIÓN PROFESIONAL
La Reumatología es la disciplina de la Medicina
Interna que se ocupa del estudio de las enfermedades del tejido conectivo y de
los trastornos médicos del aparato locomotor.
a)
Profilaxis,
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades incluidas en la definición de la
especialidad.
b)
Asistencia integral a los enfermos con procesos reumáticos, tanto a los
ingresados en centros hospitalarios, como a los pacientes atendidos en
consultas externas del hospital o en centros de salud.
c)
Investigación
básica, epidemiológica, clínica y terapéutica en los procesos que integran el
contenido de la especialidad.
d)
Docencia
pre y postgraduada, así como formación continuada de los contenidos de la
especialidad.
e)
Colaboración
con los médicos de asistencia primaria, con los de otras especialidades, así
como con otros profesionales que contribuyan al tratamiento de estos enfermos.
f)
Conocimiento
preciso de las posibilidades de tratamiento fisioterapéutico y rehabilitador
aplicables a los enfermos reumáticos.
g)
Contribuir
a la solución de la problemática sociolaboral que plantean las enfermedades
reumáticas.
h)
Concienciar
a la población sobre las posibilidades terapéuticas de las enfermedades
reumáticas.
4.
OBJETIVOS FORMATIVOS DE ÍNDOLE GENERAL
Los objetivos formativos fundamentales de la
especialización en Reumatología son los siguientes:
4.1.
Puesto
que la Reumatología es una disciplina de la Medicina Interna, los reumatólogos
deben tener una formación suficiente en ella. Ello les capacitará para prestar
una asistencia integral a sus enfermos.
4.2.
La
especialización en Reumatología debe proporcionar a la sociedad, médicos con
una formación correcta en la patogenia, profilaxis, diagnóstico y tratamiento
de las enfermedades y procesos que integran el contenido de la especialidad.
Ello exige que, al concluir su formación, los reumatólogos puedan demostrar:
a)
Un
conocimiento profundo de los aspectos teóricos de los procesos reumáticos.
b)
Una
experiencia clínica razonablemente amplia y supervisada de las patologías que
integran el contenido de la especialidad.
c)
Un
adiestramiento suficiente en las técnicas exploratorias específicas.
d)
Capacidad
para tomar decisiones informadas.
4.3.
La
especialización no sólo debe capacitar para la práctica actual de la
especialidad, sino que es fundamental preparar a los futuros especialistas a
adaptarse a los avances científicos y tecnológicos que previsiblemente
ocurrirán durante su vida profesional. Ello es especialmente importante en una
época como la actual, caracterizada por un progreso científico acelerado. Por
ello es indispensable proporcionar a los futuros especialistas una formación
científica sólida en los aspectos básicos de la especialidad. Ello les
facilitará el comprender los fundamentos científicos de los futuros avances en
la patogenia y tratamiento de los procesos reumáticos.
4.4.
Una
razón fundamental de toda especialización en Medicina es promover el avance
científico en su área de conocimiento. Por ello es imprescindible el introducir
a los residentes en el método científico. Esto proporcionará el estímulo
necesario para el desarrollo de una carrera investigadora en aquellos
residentes especialmente capacitados y motivados para esta actividad.
4.5.
Es
también necesario introducir a los residentes en el método docente. Ello es
fundamental para estimular la orientación hacia la actividad docente de los
residentes más motivados y capaces. Al mismo tiempo, facilitará el que todos los
especialistas puedan desarrollar en el futuro una actividad eficaz en la
formación continuada de los médicos generales, en lo referente a los contenidos
específicos de la especialidad.
4.6.
Finalmente,
el programa formativo debe ser capaz de sensibilizar a los futuros
especialistas sobre las repercusiones en los campos afectivo, social, económico
y laboral de las enfermedades reumáticas. Ello les estimulará para que en el
futuro colaboren activamente en la promoción general de la salud de la
población.
Aunque los residentes deben tener una importante
actividad asistencial, ésta debe dejar tiempo suficiente para otras actividades
formativas de importancia fundamental, tales como preparación de actividades
educativas estructuradas y participación en proyectos de investigación.
5.
CONTENIDO CIENTÍFICO Y TÉCNICO
5.A) CONTENIDOS FORMATIVOS ESPECÍFICOS DE CARÁCTER TEÓRICO
¾
Anatomía,
bioquímica y fisiología del sistema músculo-esquelético y tejido conectivo.
¾
Inmunología
básica e inmunogenética.
¾
Biología
molecular de aplicación a la Reumatología.
¾
Fisiopatología
de la inflamación.
¾
Agentes
infecciosos en enfermedades reumáticas crónicas.
¾
Examen
clínico músculo-esquelético.
¾
Autoanticuerpos.
¾
Métodos
de diagnóstico por imagen: Radiología convencional, tomografía computarizada,
resonancia nuclear magnética, densitometría ósea, ecografía y estudios
radioisotópicos.
¾
Técnica
de artrocentesis de las diversas articulaciones. Terapéutica intrasinovial y
yuxtaarticular. Estudio del líquido sinovial.
¾
Histopatología
de aparato locomotor. Técnicas de obtención de muestras e interpretación
anatomopatológica.
¾
Principios
de artroscopia diagnóstica.
¾
Pruebas
diagnósticas en las enfermedades neuromusculares.
¾
Epidemiología
de las enfermedades reumáticas.
¾
Evaluación
clínica del enfermo reumático.
¾
Farmacología
clínica aplicada a Reumatología.
¾
Conectivopatías
y enfermedades reumáticas sistémicas, incluyendo: Artritis reumatoide, lupus
eritematoso sistémico, esclerosis sistémica y otros síndromes caracterizados
por fibrosis, miopatías inflamatorias idiopáticas, síndrome de Sjögren,
síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, conectivopatía indiferenciada,
vasculitis, síndromes seudovasculíticos, enfermedad de Behçet y policondritis
recidivante.
¾
Miopatías
tóxicas y metabólicas. Distrofias musculares.
¾
Espondiloartropatías
seronegativas, incluyendo: espondilitis anquilosante, artritis reactivas,
artritis enteropáticas, artropatía psoriásica y otras espondiloartropatías.
¾
Fiebre
reumática y otros síndromes reumáticos producidos por estreptococo.
¾
Manifestaciones
reumáticas de las inmunodeficiencias congénitas.
¾
Enfermedades
infiltrativas sistémicas, incluyendo: Hemocromatosis, amiloidosis, sarcoidosis,
lipidosis e histiocitosis. Reticulohistiocitosis multicéntrica.
¾
Enfermedades
reumáticas de la infancia, incluyendo: Artritis crónica juvenil, enfermedad de
Kawasaki y peculiaridades de las conectivopatías en la infancia.
¾
Infecciones
osteoarticulares, incluyendo: Artritis bacterianas, víricas, por espiroquetas,
hongos y parásitos. Osteomielitis aguda y crónica.
¾
Artropatías
por microcristales, incluyendo: Gota, artropatía por cristales de pirofosfato
cálcico, de fosfato cálcico básico y de oxalato cálcico.
¾
Osteartrosis.
¾
Artropatías
asociadas con procesos endocrinológicos, metabólicos, hematológicos y con
procesos malignos.
¾
Enfermedades
óseas metabólicas.
¾
Enfermedades
hereditarias y del desarrollo del tejido conectivo y óseo.
¾
Osteonecrosis
y osteocondrosis.
¾
Reumatismo
de partes blandas.
¾
Tumores
osteoarticulares primarios y metastásicos.
¾
Artritis
traumáticas.
¾
Síndromes
regionales del sistema músculo-esquelético.
¾
Terapéutica
física de las enfermedades reumáticas.
¾
Tratamiento
quirúrgico de las enfermedades reumáticas.
¾
Otros
procesos clínicos, procedimientos diagnósticos y terapéuticos, no citados
anteriormente y de interés en Reumatología.
5.B) CONTENIDOS PRÁCTICOS
¾
Conocimientos
anatómico, bioquímico, fisiológico, fisiopatológico y biomecánico del tejido
conectivo y sistema músculo-esquelético.
¾
Conocimiento
de las bases epidemiológicas, genéticas, bioquímicas, microbiológicas,
inmunológicas, biomecánicas y anatomapatológicas de aplicación en esta
especialidad.
¾
Examen
clínico detallado del sistema músculo-esquelético y de aquellos otros sistemas
relacionados con estas enfermedades.
¾
Aspecto
clínico y patológico:
a)
De
las enfermedades que afectan primariamente a las articulaciones y estructuras
yuxtaarticulares.
b)
De
los procesos locales específicos de cada articulación.
c)
De
las conectivopatías.
d)
De
los trastornos mecánicos de la columna.
e)
De
las enfermedades metabólicas óseas y otras osteopatías.
f)
De
los tumores primitivos y metastásicos que afectan las estructuras del aparato
locomotor.
g)
De
los trastornos hereditarios del tejido conectivo y displasias osteoarticulares.
h)
De
las enfermedades de otros sistemas orgánicos que pueden afectar al aparato
locomotor, incluyendo procesos infecciosos, endocrinológicos, metabólicos,
hematológicos y neoplásicos.
i)
De
los síndromes de compresión nerviosa o radicular producidos por enfermedades
primariamente articulares o procesos sistémicos con afectación del sistema
músculo-esquelético.
¾
Etiología
y patogenia de todas las enfermedades y procesos que integran el contenido de
la especialidad.
¾
Conocimiento
e interpretación de las técnicas de laboratorio utilizadas en la especialidad.
¾
Competencia
en la interpretación de técnicas de diagnóstico por imagen y otros medios
físicos, aplicables al estudio diagnóstico de las enfermedades reumáticas.
¾
Competencia
en técnicas de estudio del medio sinovial y articular, sistema
músculo-esquelético y tejido conectivo.
¾
Tratamiento
farmacológico de las enfermedades y procesos que integran el contenido de la
Reumatología.
¾
Profilaxis
primaria y secundaria de las enfermedades y procesos que integran el contenido
de la especialidad.
¾
Conocimiento
e indicaciones de las técnicas de Rehabilitación y Terapéutica Física aplicable
a los enfermos reumáticos.
¾
Conocimiento
de las indicaciones, cuidados postoperatorios y complicaciones de los
procedimientos quirúrgicos empleados en el tratamiento de las enfermedades
reumáticas.
¾
Conocimiento
de las consecuencias sanitarias y coste socioeconómico, de las enfermedades
reumáticas.
¾
Conocimiento
de los problemas sanitarios, sociales, laborales y psicológicos de los enfermos
reumáticos.
6.
ROTACIONES
La distribución de los 4 años de formación se realizará
de acuerdo con el siguiente esquema:
¾
2
años de formación genérica.
¾
2
años de formación específica.
6.A) FORMACIÓN GENÉRICA
Durante el período de formación genérica, los MIR
rotarán hasta un máximo de 4-6 meses en el servicio de Medicina Interna.
Durante los 16-18 meses laborables restantes rotarán por las siguiente
especialidades y servicios médicos:
¾
Cardiología.
¾
Aparato
Digestivo.
¾
Neumología.
¾
Nefrología.
¾
Endrocrinología.
¾
Neurología.
¾
Enfermedades
Infecciosas.
¾
Unidad
de Cuidados Intensivos.
La duración de las rotaciones por estos servicios
será variable, siendo determinada en cada centro por el responsable de la
unidad docente de acuerdo con la Comisión Local de Docencia. En todo caso,
ninguna rotación deberá exceder 3 meses ni ser inferior a un mes. Se admite la
posibilidad de dejar un total de dos meses disponibles durante estos dos años
para realizar rotaciones optativas por algún otro servicio no reseñado
anteriormente. Estas rotaciones optativas pueden ser propuestas por los
residentes de la especialidad o por el responsable de la unidad docente. En
todo caso, deberán ser aprobadas por la Comisión Local de Docencia y el
responsable de la unidad docente.
6.B) FORMACIÓN ESPECÍFICA
Durante estos dos años, la actividad del MIR estará
centrada en el servicio de Reumatología, aunque se contempla la conveniencia de
realizar alguna rotación electiva (hasta un máximo total de 3 meses) por otros
servicios, bien del mismo hospital o en otro centro nacional o extranjero,
siempre en aspectos íntimamente ligados a la formación en Reumatología.
El primer año se distribuirá en líneas generales
según el siguiente esquema:
a)
Los
primeros 4-6 meses desarrollarán su actividad en el área de hospitalización,
puesto que así es más factible realizar una supervisión adecuada de la
actividad del residente y, a su vez, éste dispone de más tiempo para estudiar
con detenimiento los problemas diagnósticos y terapéuticos que plantea cada
paciente. Durante este período, además de estar encargado de la atención a los
enfermos ingresados en el área de Reumatología, el residente será también
responsable del estudio inicial de las consultas referentes a pacientes
ingresados en otros servicios. De esta forma se pretende conseguir,
inicialmente, un conocimiento por parte del residente de la patología más grave
de la especialidad.
b)
Durante
3-4 meses en el área de consultas externas, su actividad comprenderá la
realización de anamnesis y exploración física a los enfermos consultados por
primera vez, así como la petición de los estudios complementarios que se
juzguen necesarios. Al ser vistos estos pacientes por segunda vez con los
resultados de las exploraciones complementarias, el residente verá al enfermo
con un médico de plantilla, que será el directamente responsable de su diagnóstico
y tratamiento. Además, el residente comenzará simultáneamente a realizar
consultas a enfermos de revisión que estén siguiendo tratamiento en la unidad,
tomando las decisiones que considere correctas en cada caso, pero que habrán de
ser revisadas por un médico de plantilla.
c)
El
tiempo labora restante de este primer año de formación específica será
electivo, contemplándose en principio dos alternativas, no necesariamente
excluyentes:
1.
Realizar
una rotación por un Servicio básico, como Inmunología, Biología Molecular o
Bioquímica. Su objetivo es que se familiarice con las técnicas de laboratorio e
introducirlo en el método científico.
2.
Realizar
una o varias rotaciones más breves (1-3 meses) en servicios clínicos
íntimamente relacionados con la especialidad tales como servicio de diagnóstico
por imagen, Fisioterapia, Cirugía Ortopédica o Unidad del Dolor.
La elección de una u otra modalidad, o de una
combinación de ambas, se decidirá conjuntamente por el residente y el
responsable de la unidad, teniendo en cuenta las inclinaciones, capacidad y
aptitudes de cada residente, así como la adecuación de los servicios
disponibles en cada centro, para la consecución de los objetivos propuestos.
Durante el segundo año de formación específica, el
programa para cada residente será más flexible e individualizado. Para la mayor
parte de los residentes, este año se empleará en completar su formación clínica
en Reumatología, desarrollando su actividad tanto en el área de consultas como
en la de hospitalización. Asimismo, deberán atender a los pacientes que acudan
al servicio de Urgencias. Durante este segundo año de formación específica, se
debe conseguir una actividad clínica del residente progresivamente más
independiente, aunque siempre con la posibilidad de acceso fácil al personal de
plantilla, para consulta y asesoramiento.
Por otra parte, aquellos residentes más motivados y
con especial interés hacia el desarrollo de una actividad investigadora,
deberán poder compatibilizar su actividad clínica con el inicio de un proyecto
de investigación, elegido según sus preferencias, aptitudes y de acuerdo con
las posibilidades del centro. Puesto que en las disciplinas clínicas el
doctorado es un complemento de la formación del residente destinado a
perfeccionar su formación y capacitarle en el método científico, este último
año de especialización constituye una época apropiada para la realización si
fuera factible de los cursos y seminarios del doctorado e iniciación del
proyecto de tesis doctoral.
Durante todo el período formativo realizarán
guardias de Urgencias y/o guardias de planta dentro del departamento de
Medicina Interna.
7.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE CARÁCTER CLÍNICO-ASISTENCIAL
Los objetivos formativos específicos difieren para
las dos etapas de la formación especializada: Formación genérica y formación
específica.
7.A) FORMACIÓN GENÉRICA
La Reumatología es una disciplina de la Medicina
Interna y, por tanto, el futuro especialista en Reumatología debe tener un
amplio cuerpo de conocimientos de Medicina Interna y de especialidades médicas.
Por ello, este período de formación genérica debe estar orientado hacia la
adquisición, mediante un autoaprendizaje supervisado, de la capacidad de
resolver los problemas prácticos más habituales en Medicina.
En su aspecto clínico-asistencia la formación de los
residentes depende esencialmente de una serie de experiencias clínicas a las
que están expuestos durante su período formativo. Puesto que las lecciones más
importantes las proporcionan los propios pacientes, es fundamental seleccionar
en la medida de lo razonable el tipo de pacientes que deberán atender durante
este período. Por ello es necesario prestar especial atención al valor
educativo de los diferentes procesos patológicos, atendiendo tanto a criterios
científicos (especial importancia fisiopatológica o implicaciones pronósticas o
terapéuticas) como sociales (mayor prevalencia, posibilidades de profilaxis
primaria o secundaria, costes directos e indirectos, etc.). Es deseable
conseguir un balance adecuado, de tal forma que la experiencia clínica no esté
desequilibrada con una exposición excesiva a procesos exóticos ni a procesos
banales. La actividad durante este período debe estar centrada fundamentalmente
en los pacientes ingresados en el hospital. La historia clínica y la exploración
física son las herramientas de trabajo fundamentales en cualquier especialidad
médica y, por tanto, en Reumatología. Su adecuada aplicación posibilita una
medicina eficaz, económica y humana. Es preciso determinar un número
orientativo de historias clínicas y exploraciones físicas a realizar. Este
número puede cifrarse en un mínimo de 200 por cada año de formación genérica,
procurándose que dentro de lo razonable estén equilibradamente representados
todos los aparatos y sistemas, prestando especial atención a aquellas
patologías que por su frecuencia o mecanismos se consideren fundamentales.
Además, para familiarizarse con la patología aguda, desde el primer momento y
hasta el final de su formación, el residente estará incorporado al sistema de
guardias del hospital para los residentes del departamento de Medicina Interna,
tanto en planta como en el servicio de Urgencias.
Durante su formación genérica, el MIR debe
participar activamente en las actividades docentes de los servicios por los que
esté rotando. Debe adquirir experiencia en presentar y discutir casos clínicos,
hacer revisiones sobre aspectos concretos de la práctica clínica, búsquedas
bibliográficas y valoración crítica de la literatura médica, así como
familiarizarse con la utilización de los medios audiovisuales. Con ello se
pretende que adquiera hábitos estables de trabajo, de crítica científica y
capacidad de autoformación. El objetivo final de este período genérico es que
el residente adquiera una formación sólida en Medicina Interna que le permita
posteriormente realizar una asistencia integral a sus pacientes.
Al finalizar su período de formación genérica, el
residente debe ser capaz de realizar con el nivel 1 las siguientes técnicas
diagnósticas y/o terapéuticas:
1.
Punciones
arteriales y venosas.
2.
Colocación
de vías centrales y periféricas.
3.
Colocación
de sondas nasogástricas y vesicales.
4.
Toracocentesis,
paracentesis y punciones lumbares.
5.
Maniobras
de resucitación cardiopulmonar.
7.B) FORMACIÓN ESPECÍFICA
Esta etapa está encaminada a conseguir los
siguientes objetivos:
1.
Adquirir
formación suficiente en la patología más grave de la especialidad,
concretamente en procesos tales como conectivopatías, artritis agudas, procesos
infecciosos del aparato locomotor, exacerbaciones de artropatías crónicas,
manifestaciones extraarticulares de los procesos reumáticos, etc. Esta
formación debe adquirirse con suficiente responsabilidad asistencial del
residente, por lo que el paciente debe estar bajo su cuidado directo, aunque su
actuación debe ser supervisada por especialistas. Con objeto de contrastar
criterios diagnósticos y terapéuticos e incrementar la experiencia personal de
los residentes en los problemas clínicos más graves y menos frecuentes, todo el
personal de plantilla y los residentes de las unidades docentes deberán
realizar periódicamente visita a todos los pacientes hospitalizados. Cada
residente deberá acreditar al finalizar su período de formación un mínimo de
150 enfermos hospitalizados atendidos personalmente.
2.
Adquirir
una formación suficiente en la patología ambulatoria de la especialidad, la
adquirirá en consultas externas, con una responsabilización gradual y
supervisada en la atención a los enfermos. El objetivo es que al final de su
período formativo sea capaz de estudiar y resolver personalmente de forma
eficaz la inmensa mayoría de los problemas diagnósticos y terapéuticos propios
de la especialidad, al tiempo que adquiere una experiencia personal sobre la
evolución a largo plazo de estos procesos.
3.
Es
de gran importancia que los residentes al finalizar su período formativo hayan
adquirido una experiencia adecuada y supervisada en determinados tipos de
patologías, especialmente importantes por su potencial gravedad o por su
repercusión socioeconómica. Ello puede a veces ser difícil por la poca
frecuencia de algunos de estos procesos. Para obviar estas dificultades y
facilitar una mejor formación en este tipo de patología, se recomienda la
organización en cada unidad docente de cierto número de consultas monográficas
atendidas por personal de plantilla y residentes. Dichas consultas podrán ser
organizadas de forma autónoma o en colaboración con otros servicios. Se
recomienda la organización de las siguientes consultas monográficas:
a)
Conectivopatías.
b)
Osteoporosis
y enfermedades metabólicas óseas.
c)
Reumatología
pediátrica (conjuntamente con el servicio de Pediatría).
4.
Adquirir
una formación suficiente en la patología aguda de la especialidad. Esta es una
patología que suele ser atendida en el servicio de Urgencias. Por ello, las
unidades docentes deberán establecer un sistema que posibilite que los
pacientes con patología aguda del aparato locomotor que acuden a Urgencias
puedan ser vistos por residentes de la especialidad.
5.
Capacitación
para la formación continuada: para ello deben realizarse periódicamente
sesiones bibliográficas en la unidad docente. Ello familiarizará a los
residentes con las fuentes bibliográficas más correctas, al tiempo que les
ayudará a desarrollar un hábito crítico sobre los datos comunicados en la
literatura científica. Actualmente es de importancia fundamental que los
residentes estén capacitados para la realización de búsquedas bibliográficas,
utilizando sistemas computerizados.
6.
Dado
que la Reumatología trata frecuentemente pacientes con procesos potencialmente
invalidantes o graves, así como enfermos crónicos en cuyo cuidado intervienen,
además del reumatólogo, médicos de otras disciplinas y otros profesionales
sanitarios, es indispensable fomentar en el residente el hábito del trabajo en
equipo. Por otra parte, es necesario no descuidar su formación humana, debiendo
fomentar en el residente el desarrollo de un comportamiento ético con sus
pacientes, realizando su trabajo con integridad, respeto y compasión hacia el
paciente. En este aspecto, el papel del personal de plantilla es de importancia
fundamental, pues puede proporcionar con su actuación profesional y humana un
modelo de conducta válido para el residente.
7.
Adquisición
de conocimientos adecuados sobre los problemas sociales y psicológicos que
afectan a los enfermos reumáticos, así como de los recursos disponibles en la
comunidad para resolver estos problemas.
8.
Adquisición
de la destreza necesaria para la correcta realización de las técnicas
diagnósticas y terapéuticas propias de la Especialidad. Concretamente, al
finalizar su período de formación específica, el residente de Reumatología
deberá ser capaz de realizar, sin necesidad de tutorización, las siguientes
técnicas diagnósticas y/o terapéuticas (nivel I):
a)
Artrocentesis.
b)
Análisis
de líquido sinovial, incluyendo identificación de cristales.
c)
Punción-aspiración
de hueso.
d)
Biopsia
por aguja de:
¾
Membrana
sinovial.
¾
Hueso.
¾
Piel.
¾
Grasa
abdominal.
¾
Músculo.
e)
Biopsia
de glándula salival y del labio.
f)
Capilaroscopia.
g)
Competencia
en la interpretación de los datos proporcionados por las técnicas de
diagnóstico por imagen tales como: radiología simple, densitometría ósea,
tomografía axial computarizada, resonancia nuclear magnética, ecografía y
gammagrafía radioisotópica.
h)
Infiltraciones:
¾
Intraarticulares.
¾
Periarticulares.
¾
Perineurales.
¾
Epidurales.
i)
Colocación
de férulas articulares y otras ortesis.
j)
Sinoviolisis
química y/o radioisotópica (opcional).
Será actividad realizada por el residente bajo
supervisión directa (nivel II):
a)
Artroscopia
diagnóstica (opcional).
Serán actividades ejecutadas por el personal
sanitario del centro a las que el residente asiste como observador, ayudante o
ambas cosas (nivel III):
a)
Técnicas
de laboratorio, incluyendo, entre otras técnicas más comunes: determinación de
inmunoglobulinas y componentes del complemento, factor reumatoide, anticuerpos
antinucleares y anticitoplasmáticos por inmunofluorescencia, identificación de
sus especificidades antigénicas y determinación de antígenos de
histocompatibilidad.
Además, el residente ha de desarrollar conocimientos
suficientes sobre la técnica e interpretación de los siguientes procedimientos
diagnósticos o intervenciones terapéuticas:
a)
Nefelometría,
ELISA, citometría de flujo, electorforesis, inmunoblotting y cultivos celulares
y técnicas elementales de biología molecular como la PCR.
b)
Biopsias
sinoviales, musculares, óseas, renales y, en general, aquellas que sean de
interés para el reumatólogo.
c)
Técnicas
neurofisiológicas de interés reumatológico tales como electromiografía y
velocidad de conducción.
d)
Conocimiento
exhaustivo de los fármacos empleados en el tratamiento de las enfermedades
reumáticas, incluyendo sus mecanismos de actuación, interacciones y efectos
secundarios.
e)
Indicación
y supervisión médica de las intervenciones quirúrgicas ortopédicas en enfermedades
reumáticas.
f)
Conocimientos
sobre técnicas de tratamiento del dolor crónico, incluyendo bloqueos
anestésicos.
g)
Conocimientos
acerca de las principales técnicas de la terapéutica física útiles en el
tratamiento de las enfermedades reumáticas.
h)
Información
sobre el coste de los diferentes programas terapéuticos.
i)
Al
finalizar su período de formación, el reumatólogo debe estar capacitado para la
realización de estudios epidemiológicos y sociosanitarios de su área de
conocimiento.