Tribuna. El no de los médicos a los recortes en Andalucía

Tribuna. Serafín Romero, secretario general omc

El secretario general de la OMC aprovecha los nuevos recortes retributivos que Andalucía (comunidad en la que ejerce) impondrá a los médicos para cuestionar las medidas de contención que están decretando la mayoría de las autonomías. Según él, la sostenibilidad del sistema exige la adopción de soluciones estructurales (y no meros recortes coyunturales), aumento de inversiones, presupuestos finalistas y consenso con los profesionales.

DIARIO MEDICO. Serafín Romero. Secretario general de la Organización Médica Colegial | 12/06/2012 00:00


Estamos asistiendo en los últimos días en Andalucía a una escalada de conflictividad en el sector sanitario, motivada por las casi inevitables medidas que la Consejería de Salud va a imponer en las retribuciones de su personal para dar respuesta a la actual situación de crisis económico-financiera y a las que los médicos nos oponemos por:

Ausencia de un modelo explicativo. No podemos entender que de la noche a la mañana nuestro SNS, joya de la corona para políticos, profesionales y ciudadanos, motivo de satisfacción por su eficiencia y resultados, y referencia en ámbitos europeos e internacionales, se nos presente ahora como causa de todos los males de nuestra economía y diana preferente de las acciones de políticas economicistas de gobiernos nacionales y autonómicos.

Si tenemos en cuenta que este problema es generalizado en las autonomías y es independiente del color político, es claro presuponer que obedece exclusivamente a imposiciones económicas y no sanitarias.

  • La inmensa deuda es fruto de presupuestos insuficientes y sin carácter finalista

No podemos explicarnos entonces este “esfuerzo” que nos imponen (una perdida cercana al 30 por ciento de las retribuciones) cuando asistimos impasibles a comportamientos económicos, bancarios y políticos a los cuales ni se les solicita un esfuerzo adicional. Ausencia de un modelo justificativo de soporte de cargas. Si la Sanidad es de todos y para todos ¿por qué sus deudas o su sostenibilidad sólo la tienen que pagar sus trabajadores? ¿Por qué el mal gobierno de lo sanitario lo tienen que pagar los que mejor lo han hecho hasta la fecha, que no son otros que sus profesionales?

Porque no queremos ser cómplices silenciosos y sí agentes comprometidos con la sostenibilidad de nuestro sistema. No queremos y no vamos a permitir que se nos demonice en esta problemática y, si tenemos que caer, caeremos todos, pero venimos exigiendo un Pacto por la Sanidad a nuestros representantes políticos, y hasta la fecha lo único que oímos son reproches sobre quién tiene más culpa o quién lo ha hecho peor sin atisbar en un horizonte cercano ningún acercamiento.

Venimos exigiendo que hay que contar con los profesionales en la toma de decisiones y en la gestión real de lo público. No podemos asumir una situación económica deficitaria producto de un crecimiento no medido y de una toma de decisiones excesivamente politizadas y alejada de nosotros. Estamos dispuestos a sentarnos con la Administración a discutir, consensuar y definir las medidas para hacer sostenible nuestro modelo sanitario.

Siendo conscientes de la urgencia de la situación, también es cierto que no podemos jugarnos el futuro con medidas que sólo van a ser coyunturales y que van a generar un escenario de inestabilidad sin precedente en nuestra sanidad.

Porque las medidas que se quieren implementar ya han demostrado su ineficacia si no se acompañan de cambios estructurales. Los recortes en el sistema retributivo de los funcionarios sufridos hasta la fecha desde 2010 no han sido suficientes para paliar esta inmensa deuda sanitaria, que está cifrada en 16.000 millones de euros, y que ha sido producida por unos presupuestos insuficientes y sin carácter finalista (las autonomías no han gastado el dinero destinado a la Sanidad en su totalidad para este fin). Resulta igualmente preocupante que se siga incidiendo en esto y no en medidas estructurales (reducción de estructuras de gobierno sobredimensionadas, organismos repetidos y clonados en los ámbitos autonómicos, excesiva politización de la gestión, cartera de servicios no sostenible por su ineficiencia clínica y financiera, bolsas de ineficiencia, excesivo desequilibrio entre el ámbito hospitalario y primaria, etc.).

Porque no queremos acabar con nuestro modelo de Sistema Sanitario Público de Andalucía. Los médicos andaluces estamos orgullosos del sistema que entre todos hemos sido capaces de construir. Nuestro sistema está a la vanguardia científico-médica y es referente en técnicas diagnósticas y terapéuticas, así como en el desarrollo de tecnologías al servicio de la salud, del sistema y de los ciudadanos. Seguir insistiendo con medidas que inciden exclusivamente en el sueldo de los profesionales y en la reducción de personal sólo puede conducirnos a una insatisfacción creciente y a una pérdida de calidad de nuestras actuaciones, y por lo tanto a una pérdida de salud de los andaluces.

Estamos preocupados porque entendemos que si no se sigue apostando por el sistema (aumento de financiación) y nuestras únicas soluciones son seguir haciendo lo mismo con menos, estamos generando un cambio de modelo sanitario, y seguir diciendo que nuestra sanidad es universal, equitativa y gratuita sólo será un mensaje sonoro.

Y porque somos médicos. El Código de Ética y Deontología Médica refrenda la primacía de nuestra actuación en interés del paciente. Dicho esto, los médicos tenemos la obligación ética de rebelarnos y denunciar cualquier medida que atente contra la salud de nuestra población y afecte a la correcta praxis profesional.

Los médicos andaluces queremos mandar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos. Nuestra obligación con los pacientes asegura una atención sanitaria por encima de cualquier conflicto, y nuestras organizaciones velarán porque así sea. Es responsabilidad de los que nos gobiernan buscar soluciones ante la difícil situación que atravesamos, y es obligación de ellos buscar el compromiso de todos.

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